¿Qué significa retratar a alguien? ¿Cuál es nuestro legado? Aunque no se puede dar una respuesta definitiva, esta obra del afamado pintor colombiano Fernando Botero deja entrever las posibilidades. Botero, más conocido por sus voluptuosas y rotundas figuras humanas, nació en Medellín, Colombia, el 19 de abril de 1932.

Mientras estudiaba pintura en Madrid a principios de la década de 1950, Botero se ganaba la vida copiando los cuadros del Museo del Prado, sobre todo los de sus ídolos, como Diego Velázquez. Velázquez es uno de los artistas más importantes, no sólo de España sino de la historia del arte. Velázquez pintó durante el Siglo de Oro de España, creando retratos de la corte real. Una de sus obras más famosas, Las Meninas, ha influido e incluso ha sido reinterpretada por artistas como Pablo Picasso y John Singer Sargent. El Siglo de Oro español incluyó al gran novelista Miguel de Cervantes y al dramaturgo Pedro Calderón de la Barca. En las obras de estos artistas y escritores del Siglo de Oro hay un profundo examen de lo que significa ser humano.

En Dibujo a la Manera de Velásquez (1960), Botero parece estar rifeando el cuadro de Velázquez, El bufón Don Diego de Acedo, uno de sus retratos de bufones y "hombres de placer" pintados para decorar los palacios reales. Este cuadro se encuentra en el Museo del Prado de Madrid desde 1819. En este caso, debemos confrontar tanto la representación de Velázquez como la reinterpretación de Botero. Velázquez era conocido por su humanidad y su retrato de la gente menuda que ocupaba la corte real de España. El cuadro original pone de manifiesto su capacidad para captar la realidad y la dignidad de estas personas en contraste con su condición. Sus retratos, en sí mismos objetos de legado, exploran la vida interior de sus sujetos.