Polaroids de Andy Warhol: Me, Myself, & I
10 de diciembre de 2020 - 31 de diciembre de 2021
Palm Desert
acerca de
Andy Warhol se ha convertido en un personaje indisoluble del arte estadounidense, y más aún del arte pop. Su precisa capacidad para captar los valores de la sociedad estadounidense filtrados a través de una lente glamurosa ha capturado nuestro imaginario colectivo al tiempo que se ha infiltrado en nuestro paisaje visual. A pesar de su asociación con las fiestas fastuosas, Warhol siempre estaba observando. Como dijo Diana Vreeland, amiga de Warhol y ella misma representada en esta exposición, "El ojo tiene que viajar".
No es de extrañar, pues, que Warhol llevara una cámara Polaroid desde los años 50 hasta su muerte en 1987. De una forma que se hace eco de nuestros hábitos actuales con los teléfonos inteligentes, las polaroids de Warhol son instantáneas y numerosas. No es casualidad que los primeros filtros de las aplicaciones de redes sociales como Instagram imitaran a la polaroid. En sus imágenes de objetos cotidianos, la influencia de Warhol puede verse en fotógrafos actuales como Wolfgang Tillmans y Juergen Teller. Las fotografías, tomadas en el momento y reveladas en cuestión de minutos, también hablan de la fugacidad y lo efímero de la cultura.
Warhol utilizaba estas polaroids para sus pinturas y se refería a las fotografías como su "lápiz y papel". Es importante señalar que las polaroids permanecieron con Warhol, a pesar de los ruegos de sus sujetos. Son un registro de su vida y su práctica, al tiempo que reflejan la idea de la inclusión y la exclusión, el glamour y la desolación.
Capturando lo brillante y lo bello, lo famoso y lo infame, las polaroids de Warhol son una mirada sin filtros a la sociedad, al tiempo que son un registro de la vida de uno de los artistas más importantes de Estados Unidos. Hablan del poder de la imagen y la ilusión.
La exposición abarca cuatro secciones - "Bring It to the Runway", "All That Glitters", "Me, Myself, & I" y "Ars Longa"- que se centran en diferentes temas dentro del conjunto de las polaroids. Visite nuestra otra exposición virtual, "Andy Warhol: Wayward Allure", para conocer mejor al enigmático genio.
"Me, Myself, & I"
Esta sección es quizá la más reflexiva, ya que aborda al propio artista. A diferencia de las otras polaroids, estas imágenes abordan la forma en que el artista se ve a sí mismo y la imagen que ha creado, reforzándolas y derribándolas al mismo tiempo.
La obra de Warhol es mucho más que los objetos y temas de la cultura popular. Siempre ha girado en torno a la creación de imágenes. Y así, también, en los ejemplos más evidentes son estas polaroids del artista. Como se menciona en "Bring It to the Runway", Warhol se interesó durante mucho tiempo por el "drag" y el juego de roles que conlleva, y los autorretratos de Warhol en "drag" lo reflejan. Además, se remontan a las fotografías de Man Ray del artista Duchamp vestido de mujer como Rrose Sélavy.
Pero en esta sección también se ve a Warhol en una variedad de entornos y diferentes niveles de vulnerabilidad. Incluso al lado de los famosos, Warhol se muestra incómodo. Con este conocimiento, cuando pasamos a las otras polaroids de él, somos conscientes simultáneamente de Warhol como artista, Warhol como creador de imágenes y Warhol como ser humano. Vemos tanto la marca como el esfuerzo por crear esa marca.
No es de extrañar, pues, que Warhol llevara una cámara Polaroid desde los años 50 hasta su muerte en 1987. De una forma que se hace eco de nuestros hábitos actuales con los teléfonos inteligentes, las polaroids de Warhol son instantáneas y numerosas. No es casualidad que los primeros filtros de las aplicaciones de redes sociales como Instagram imitaran a la polaroid. En sus imágenes de objetos cotidianos, la influencia de Warhol puede verse en fotógrafos actuales como Wolfgang Tillmans y Juergen Teller. Las fotografías, tomadas en el momento y reveladas en cuestión de minutos, también hablan de la fugacidad y lo efímero de la cultura.
Warhol utilizaba estas polaroids para sus pinturas y se refería a las fotografías como su "lápiz y papel". Es importante señalar que las polaroids permanecieron con Warhol, a pesar de los ruegos de sus sujetos. Son un registro de su vida y su práctica, al tiempo que reflejan la idea de la inclusión y la exclusión, el glamour y la desolación.
Capturando lo brillante y lo bello, lo famoso y lo infame, las polaroids de Warhol son una mirada sin filtros a la sociedad, al tiempo que son un registro de la vida de uno de los artistas más importantes de Estados Unidos. Hablan del poder de la imagen y la ilusión.
La exposición abarca cuatro secciones - "Bring It to the Runway", "All That Glitters", "Me, Myself, & I" y "Ars Longa"- que se centran en diferentes temas dentro del conjunto de las polaroids. Visite nuestra otra exposición virtual, "Andy Warhol: Wayward Allure", para conocer mejor al enigmático genio.
"Me, Myself, & I"
Esta sección es quizá la más reflexiva, ya que aborda al propio artista. A diferencia de las otras polaroids, estas imágenes abordan la forma en que el artista se ve a sí mismo y la imagen que ha creado, reforzándolas y derribándolas al mismo tiempo.
La obra de Warhol es mucho más que los objetos y temas de la cultura popular. Siempre ha girado en torno a la creación de imágenes. Y así, también, en los ejemplos más evidentes son estas polaroids del artista. Como se menciona en "Bring It to the Runway", Warhol se interesó durante mucho tiempo por el "drag" y el juego de roles que conlleva, y los autorretratos de Warhol en "drag" lo reflejan. Además, se remontan a las fotografías de Man Ray del artista Duchamp vestido de mujer como Rrose Sélavy.
Pero en esta sección también se ve a Warhol en una variedad de entornos y diferentes niveles de vulnerabilidad. Incluso al lado de los famosos, Warhol se muestra incómodo. Con este conocimiento, cuando pasamos a las otras polaroids de él, somos conscientes simultáneamente de Warhol como artista, Warhol como creador de imágenes y Warhol como ser humano. Vemos tanto la marca como el esfuerzo por crear esa marca.