El arte de Ed Ruscha abarca una amplia gama de medios, incluyendo la pintura, el grabado, el dibujo y, como se ve aquí en The End, el holograma expresivo y experimental. Ruscha se mudó a Los Ángeles en 1956 a la edad de 18 años, y se sumergió en la cultura de la Costa Oeste, que incluía la meca de la producción cinematográfica y televisiva.
El final es un tema cinematográfico que el artista utilizó en los años 90 y 2000, apareciendo en pinturas, grabados y dibujos - especialmente la pintura a gran escala de 1991 en el Museo de Arte Moderno. Abordando el paso del tiempo y la obsolescencia, Ruscha hace uso de un tipo de letra anticuado y de una antigua tradición cinematográfica de utilizar el texto en el cine. El concepto de lo efímero se realza con las palabras mismas, el fin y la naturaleza del medio en sí. Considerada futurista cuando se desarrolló en los años 60, la tecnología láser para hologramas también crea una sensación de impermanencia ya que las imágenes cambian con el movimiento del espectador.
En este set, algunas de las representaciones incluyen una tira de película detenida entre dos cuadros. Mientras que hay un movimiento innato en las palabras e imágenes cambiantes, estos hologramas también representan un punto final - un momento transitorio congelado en el tiempo.
El enfoque de Ruscha sobre este tema fue motivado por los recuerdos de la infancia del cine, y los hologramas proporcionaron un vehículo dinámico para representar ese tema. Otros que han explorado el medio holográfico incluyen a Bruce Nauman, Louise Bourgeois, Eric Orr, Chuck Close y James Turrell. La larga carrera de 6 décadas de Ed Ruscha es virtualmente inigualable, comprometida con un uso innovador de las palabras como objetos, y un desafío constante al status quo.