Cómo esta obra de arte pasó de costar 5.000 dólares el año pasado a 2 millones este año
Aunque el redescubrimiento de obras de arte perdidas en el tiempo es un acontecimiento poco frecuente, ocurre. Por ejemplo, el Retrato de una dama (1916-17) de Gustav Klimt, que se encontró oculto en una pared de Ricci Oddi Modern Art, o un cuadro de una joven atribuido al futurista italiano Umberto Boccioni, que apareció en una venta de objetos usados en la localidad inglesa de Dorset.
Cuando se trata de comprar y vender obras de arte, estas joyas ocultas pueden dar nueva vida a las colecciones y desencadenar guerras de pujas en las subastas. En septiembre, la nueva galería parisina de Moretti Fine Art presentó una obra del artista barroco Giovanni Francesco Barbieri, también conocido como Il Guercino. El cuadro representa a Moisés con las manos en alto, más radiante que nunca tras su restauración.
Sin embargo, si retrocedemos hasta noviembre pasado, el cuadro tuvo un debut más tranquilo en París. La casa de subastas Chayette & Cheval atribuyó la obra a un seguidor anónimo de Guido Reni, con un precio estimado de entre 5.175 y 6.200 dólares.
El día de la subasta, el cuadro atrajo la atención de dos pujadores que se enfrentaron antes de que el especialista en maestros antiguos italianos Fabrizio Moretti lo consiguiera por la importante cifra de 610.000 dólares. Ahora el Guercino está valorado en 2,2 millones de dólares. De más de 5.000 a más de 2.000.000 de dólares, ¿a qué se debe la fenomenal valoración de este cuadro?
Un poco de restauración hace mucho, mucho
Giovanni Francesco Barbieri, más conocido como Guercino, fue un eminente pintor barroco italiano nacido en 1591 en Cento (Italia), cerca de los centros artísticos de Ferrara y Bolonia. El apodo "Guercino" se traduce como "el bizco", en referencia a su estrabismo.
Aunque estudió con artistas locales, fue en gran parte autodidacta. Inicialmente, se inspiró en el rico estilo y colorido de los artistas venecianos de Ferrarese, así como en las figuras naturalistas de los Caracci en dramático claroscuro.
A lo largo de su carrera, el estilo de Guercino se transformó notablemente. Durante su estancia en Roma, adoptó el estilo clasicista imperante, en parte para satisfacer la demanda de los mecenas que invertían en bellas artes. A su regreso a Cento, dos años más tarde, combinó su primer estilo dramático con una paleta más clara. Sin embargo, hacia 1630, Guercino comenzó a emular la estética de Guido Reni (1575-1642).
Aunque Reni acusó en una ocasión a Guercino de robarle su estilo, el artista acabó rechazando el enfoque etéreo de Reni en favor de su propio naturalismo. Por este motivo, el Moisés recién descubierto se atribuyó erróneamente en un principio a un seguidor anónimo de Guido Reni perteneciente a la escuela boloñesa del siglo XVII.
Sin embargo, en declaraciones a ArtNet News, Moretti afirmó con seguridad: "Nunca hemos cuestionado la atribución... Desde 100 metros se puede decir que se trata de un Guercino temprano, que es el mejor momento de la carrera del artista". Gracias a una cuidadosa investigación y restauración, Moretti pudo rastrear la procedencia del cuadro, lo que pone de relieve la importancia de restaurar obras de arte y gestionar una colección de arte.
Guercino pintó el Moisés hacia 1618 o 1619, lo que constituye un ejemplo destacado de sus primeras obras, en particular de su prima maniera, es decir, las obras que realizó antes de ir a Roma en 1621. En cuanto a su origen, los archivos remontan el cuadro a 1624 como parte de la colección del mecenas de Guercino, el cardenal Alessandro d'Este. Tras la muerte del cardenal, el cuadro pasó a formar parte de las colecciones ducales de Este y finalmente viajó a Francia durante la época napoleónica. A partir de entonces, su rastro se pierde, y sólo las copias dan indicios de su existencia.
Encuentre su joya oculta
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