Heather James Fine Art se complace en presentar una exposición especial de pinturas y dibujos de Edward Hopper (1882-1967).
Edward Hopper (1882-1967) dijo una vez: "Si pudieras decirlo con palabras, no habría razón para pintar". Como hombre de pocas palabras, Hopper ciertamente tenía una razón para pintar. Articuló su visión del mundo a través de sus temas característicos, desde figuras aisladas en interiores públicos o privados hasta la arquitectura empapada por el sol y las calles desiertas, pasando por los barcos y las escenas costeras.
Nacido en el pueblo de Nyack, en el río Hudson, a unas 21 millas al norte de la ciudad de Nueva York, las ambiciones artísticas de Hopper surgieron muy pronto. Con una vista clara del río desde la ventana de su habitación, la inspiración estaba al alcance de la mano. Estos primeros años están documentados en docenas de dibujos de barcos y barcos, así como en varios modelos de barcos de madera. También registró muchos otros intereses de la infancia, incluyendo trenes, caballos, soldados, batallas navales y personajes de sus libros.
En la última parte de su carrera (excepto cuando viajaba), Hopper sólo pintaba en su estudio, en lugar de al aire libre de la naturaleza, como había hecho con las acuarelas y algunos óleos antiguos. En el estudio, elaboraba sus composiciones a través de numerosos bocetos de estudio, improvisando con cada encarnación, de modo que el tema original había evolucionado a la par de esta imaginación.