EDVARD MUNCH (1863-1944)

EDVARD MUNCH Munch nació en el seno de una familia de clase media aquejada de mala salud. Su madre murió cuando él tenía cinco años y su hermana mayor cuando tenía 14, ambas de tuberculosis; Munch acabó plasmando este último suceso en su primera obra maestra, El niño enfermo (1885-86). El padre y el hermano de Munch también murieron cuando él era aún joven, y otra hermana desarrolló una enfermedad mental. "La enfermedad, la locura y la muerte", como dijo, "fueron los ángeles negros que vigilaron mi cuna y me acompañaron toda mi vida".

El estilo profundamente original de Munch cristalizó hacia 1892. El uso fluido y tortuoso de la línea en sus nuevas pinturas era similar al del Art Nouveau contemporáneo, pero Munch no utilizaba la línea como decoración sino como vehículo para una profunda revelación psicológica. La indignada incomprensión de su obra por parte de los críticos noruegos tuvo eco en sus homólogos de Berlín cuando Munch expuso allí un gran número de sus cuadros en 1892, invitado por la Unión de Artistas de Berlín. La emoción violenta y la imaginería poco convencional de sus cuadros, especialmente sus atrevidas y francas representaciones de la sexualidad, crearon una amarga controversia. Los críticos también se sintieron ofendidos por su innovadora técnica, que para la mayoría parecía inacabada. El escándalo, sin embargo, contribuyó a que su nombre se diera a conocer en toda Alemania, y desde allí su reputación se extendió más allá. Munch vivió principalmente en Berlín en 1892-95 y luego en París en 1896-97, y continuó moviéndose mucho hasta que se estableció en Noruega en 1910.

Munch sufrió una crisis nerviosa en 1908-09, y después su arte se volvió más positivo y extrovertido sin recuperar su intensidad anterior. Entre las pocas excepciones está su inquietante Autorretrato: El vagabundo nocturno (c. 1930), que forma parte de una larga serie de autorretratos que pintó a lo largo de su vida. Un encargo especialmente importante, que marcó la tardía aceptación de su importancia en Noruega, fue el de los Murales de la Universidad de Oslo (1909-16), cuya pieza central era una vasta pintura del sol, flanqueada por imágenes alegóricas. Tanto los paisajes como los hombres trabajando fueron los temas de los cuadros posteriores de Munch. Sin embargo, fue principalmente a través de su obra de la década de 1890, en la que dio forma a fuerzas psíquicas misteriosas y peligrosas, que hizo una contribución tan crucial al arte moderno. En 1937 su obra fue incluida en la exposición nazi de "arte degenerado". A su muerte, Munch legó su patrimonio y todas las pinturas, grabados y dibujos que poseía a la ciudad de Oslo, que erigió el Museo Munch en 1963. Muchas de sus mejores obras se encuentran en la Galería Nacional de Oslo.

(Britannica)

OBRA DE ARTE

EDVARD MUNCH
Casa en la costa I
xilografía sobre papel ondulado con añadidos a mano de acuarela del artista
17 x 23 pulg.
Investigación del Artista