THOMAS NOZKOWSKI (1944-2019)

Thomas Nozkowski nació en Nueva Jersey en 1947. Se licenció en la Cooper Union de Nueva York en 1967. Su obra ha participado en exposiciones en todo el mundo desde la década de 1970 y forma parte de las colecciones permanentes de varios museos estadounidenses importantes, como el Metropolitan Museum of Art, la Phillips Collection de Washington D.C. y el San Francisco Museum of Modern Art. En 2006, Nozkowski fue galardonado con la Medalla al Mérito en Pintura de la Academia de las Artes y las Letras, y en 2007 su obra fue presentada en la Bienal de Venecia. El artista vive y trabaja actualmente en Nueva York.

Anunciado como "el Chardin de la abstracción contemporánea" por The New Yorker, los cuadros de Nozkowski equilibran cuidadosamente la interacción de formas biomórficas y geométricas. Deliberadamente sin título y más bien codificadas por número, las formas abstractas mantienen el anonimato. Por ello, los cuadros fomentan la introspección, ya que el espectador evoca imágenes y formas de su propia memoria. Nozkowski afirma que su "proyecto ha sido hacer cuadros que procedan de cosas del mundo real. Me refiero a "cosas" en el sentido más amplio -objetos, ideas, momentos- y a "mundo real" en el sentido más amplio, incluyendo realidades tanto físicas como especulativas".

El artista tiene la capacidad única de reinventar su estilo con cada nuevo lienzo, ya que no hay dos obras iguales, aparte de que la mayoría de sus cuadros tienen un tamaño de mantel individual de 16 x 20 pulgadas. Muy influenciado por el clima político de la década de 1960, el artista declaró: "Sentí que ya no podía hacer grandes cuadros destinados al público de las mismas instituciones que entonces despreciaba; quería pintar cuadros que pudieran encenderse en las habitaciones de mis amigos". Así pues, Nozkowski ha convertido la convención tradicionalmente burguesa del cuadro a escala doméstica en un objeto de subversión política. Sin embargo, aunque sean de pequeño tamaño, sus cuadros exigen la atención prolongada del espectador y un compromiso indivisible.