RUFINO TAMAYO (1899-1991)

RUFINO TAMAYO El diálogo de Rufino Tamayo es coherente con muchos de los temas universales que preocuparon al artista a lo largo de su vida; la música, el arte, la naturaleza y la humanidad. Además, revela su conocido estilo figurativo abstracto - una mezcla de fragmentación de la forma modernista, simbolismo poético, realismo y un arcaísmo inquietante - que impulsó al artista mexicano a la escena internacional a finales de la década de 1930. Tamayo fusionó un enfoque modernista cubo-surrealista con el color y la luz de influencia mexicana, mientras que sus superficies texturizadas, a la vez que pictóricas y líricas, también evocan lo primitivo y lo salvaje. Sus pinturas se centraron en la figura humana, los animales y el cosmos y dieron lugar a una síntesis colorista de la forma.

Nacido en Oaxaca, México, de padres zapotecas, Tamayo asistió a la Escuela Nacional de Artes Plásticas y fue nombrado jefe del Departamento de Dibujo Etnográfico del Museo Nacional de Arquelogía, en la Ciudad de México. Aunque era una figura destacada en la escena artística de ese país, tenía grandes diferencias con los muralistas mexicanos reinantes en cuanto al contenido y el estilo didáctico y se trasladó a Nueva York. Su regreso a México estuvo marcado por una exposición individual en el Palacio Nacional de Bellas Artes en 1948. Tamayo expuso en la Bienal de Venecia y realizó murales para el Palacio Nacional y la UNESCO en París. Viajó por Europa y vivió en París de 1957 a 1964. Tamayo se reasentó permanentemente en su país, donde murió en la Ciudad de México.

OBRA DE ARTE

Investigación del Artista