AMEDEO MODIGLIANI (1884-1920)

AMEDEO MODIGLIANI
Independientemente de quiénes fueran sus modelos o de lo conservadoras que fueran sus vestimentas, Modigliani se deleitaba exponiendo la sensualidad de sus modelos femeninas. Algunas veces su enfoque era más explícito que otras. En este hermoso retrato de una modelo anónima de 1919, el artista logra la intimidad con esta modelo por la forma en que aplica la pintura al lienzo. La figura de la niña se representa con pinceladas semitransparentes, casi vacilantes, que evocan la inocencia de la joven. Las cualidades formales del óleo adquieren la luminosidad de una acuarela, y la modelo es literalmente "despojada" de toda opacidad.

Aunque sus retratos están considerados entre los mejores del siglo XX, los métodos de trabajo de Modigliani eran poco ortodoxos. Su buen aspecto y su temperamento bacanal a veces intimidaban a sus modelos, y sus payasadas poco profesionales hacían que las tardes en el estudio fueran animadas, si no desconcertantes. Lunia Czechowska, una de sus modelos más frecuentes, describió cómo la alegría de vivir del artista se apoderó de él la primera vez que la retrató: "Poco a poco, a medida que avanzaba la sesión y pasaban las horas, dejé de tenerle miedo. Le veo todavía en mangas de camisa, con el pelo alborotado, intentando fijar mis rasgos en el lienzo. De vez en cuando extendía la mano hacia una botella de vino de mesa barato (vieux marc). Pude ver cómo el alcohol hacía efecto: estaba tan excitado que hablaba conmigo en italiano. Pintó con tanta violencia que el cuadro se le cayó encima de la cabeza cuando se inclinó hacia delante para verme mejor. Estaba aterrorizado. Avergonzado por haberme asustado, me miró dulcemente y se puso a cantar canciones italianas para hacerme olvidar el incidente" (citado en Pierre Sichel, A Bioghaphy of Amedeo Modigliani, Nueva York, 1967, p. 325).


Aparte de las influencias históricas, Modigliani era muy consciente de la evolución artística de su propia época. Aunque nunca se adhirió por completo a la sintaxis del cubismo, adoptó algunos de sus recursos estilísticos, como la simplificación geométrica y la ruptura de las formas, y estuvo cerca de los escultores Ossip Zadkine y Jacques Lipchitz, ambos fuertemente influidos por el cubismo. Más importante aún fue su relación con Brancusi, a quien conoció en 1909. Brancusi no sólo le animó a tallar directamente en la piedra, lo que le hizo abandonar prácticamente la pintura durante varios años, sino que también le dio la demostración más convincente de cómo las influencias de la más amplia gama de fuentes posibles -tribales, arcaicas, asiáticas y africanas- podían transformarse en un lenguaje personal de la mayor originalidad. Aunque Modigliani nunca llegó a desarrollar un estilo tan cercano a la abstracción y tan alejado del mundo de las apariencias naturales como el de Brancusi, se vio fuertemente influenciado por las formas simplificadas de éste, reduciendo los rostros de sus modelos a unos pocos rasgos muy estilizados.

OBRA DE ARTE

Investigación del Artista