Mel Ramos es conocido por sus cuadros de superhéroes y desnudos femeninos yuxtapuestos con imágenes de la cultura pop. Muchos de los temas de sus cuadros surgen de marcas icónicas o de referentes culturales como los plátanos Chiquita, las bolsas de M&M o los Snickers. En estas obras, el deleite visual se combina con la indulgencia comestible y comercial sugerida.

Al igual que sus contemporáneos, Andy Warhol y Roy Lichtenstein, Ramos se apropia de las imágenes de los medios de comunicación y la cultura pop para producir destilaciones irónicas de la publicidad. Ramos y sus compañeros artistas pop proporcionaron un lenguaje visual para que el público entendiera y experimentara la proliferación de imágenes comerciales que estalló en la América de la posguerra, y para los espectadores de hoy, una forma de interpretar la actual abundancia de imágenes que proporciona un mundo digital. Sin embargo, los cuadros de Ramos muestran una apreciación y comprensión de los antiguos maestros en su combinación con los sensuales desnudos femeninos y el realismo. En sus últimas obras, Ramos incluso comenzó a utilizar ordenadores para ayudarle en su proceso creativo, utilizando la tecnología para ayudarle a crear composiciones, a partir de las cuales luego pintaba.

Estas obras combinan fantasías ópticas y saladas, tentando al espectador a comprender la conexión entre el consumo visual y el gustativo. En este sentido, se entiende que no hay ninguna barrera ni jerarquía de temas que normalmente existen en el arte. Como señaló Ramos, "los cómics, las revistas femeninas, los anuncios de revistas y las vallas publicitarias son todo arte para mí. El objetivo de mi arte es que el arte surja de un arte". Los cuadros se sitúan en la intersección del humor, la sátira, el ingenio, la sensualidad y la seriedad.