Le Vase Bleu juega con estas ideas con el desparpajo de un hombre desenfadado y de un artista en plena madurez profesional. Colocó estos objetos de uso común y materialidad en el lienzo en una especie de juego de formas aéreas en el que cada elemento conserva su propia autonomía y, sin embargo, asume un lugar de mayor importancia. Los objetos cotidianos -aquí, presumiblemente, un enchufe eléctrico, un cable desprendido y un jarrón de clavos "gastados" que uno podría utilizar como receptáculo de almacenamiento en una estantería de taller- han sido elegidos por sus formas y se ven reforzados por sus contrastes. Sin embargo, hay asociaciones de la vida real y Léger nos invita a hacer algunas asociaciones libres sobre por qué puede haber elegido "esto en lugar de aquello". Si se puede asumir que hay tanto "juego" como "interacción" en este sentido, se pueden hilar muchas historias a partir de las elecciones y la disposición. Por ejemplo, la más divertida, una historia de carácter personal: un cortocircuito en el cableado de la casa de Léger provocó un chispazo, ennegreció la pared y ahora requiere atención. ¿Increíble? Tal vez. Pero a Léger le gustaría saber que nos dedicamos a estas reflexiones.